El Tony Stark de la vida real que está cambiando al mundo
Al igual que Tony Stark, el personaje de Marvel creado por Stan Lee, este hombre es ingeniero, empresario, filántropo e inventor, y tiene una fortuna valuada en miles de millones de dólares. Ambos aman los autos veloces y los cohetes y representan el epítome del excepcionalismo estadounidense. Pero las semejanzas no terminan ahí, ambos quieren salvar a la raza humana: Stark lo hace luchando contra supervillanos e invasores de otros planetas, mientras que este hombre promueve el uso de energías limpias y trabaja para hacer del ser humano una especie multiplanetaria. La única diferencia es que Tony Stark vive únicamente en el universo cinematográfico de Marvel y este hombre está allá afuera, cambiando al mundo con sus increíbles inventos.
El hombre en cuestión incluso tiene un nombre que parece extraído de una historieta de Marvel, se llama Elon Musk y nació en Pretoria, Sudáfrica, en 1971. Musk es uno de los gigantes de la industria de la tecnología. Es CEO de dos compañías revolucionarias, Tesla Motors –una compañía automotriz que fabrica autos eléctricos– y SpaceX –una compañía dedicada a la fabricación de cohetes y al transporte aeroespacial. Además, Musk es presidente de SolarCity, una empresa que crea, distribuye e instala células fotovoltaicas en hogares, negocios y estaciones de carga para autos eléctricos.
Por si fuera poco, Musk ha recibido tres doctorados honorarios (en las universidades de Yale, Surrey y el Art Center College of Design) y ha sido nombrado, entre muchos otros títulos, “Emprendedor del año” por la revista Inc, “Innovador del año” por la revista R&D, una de las “75 personas más influyentes del siglo XXI” por Esquire y una de las “100 personas que más cambiaron al mundo en 2010” por Time.
Pero, ¿cómo comenzó todo para Elon Musk?
Elon Reeve Musk creció en Sudáfrica y desde que era muy joven mostró sus enormes aptitudes para la ingeniería, la ciencia y los negocios. Compró su primera computadora cuando tenía 10 años, aprendió a programar de forma autodidacta y vendió su primer programa de software –un juego llamado Blastar– sólo dos años más tarde.
Cursó las carreras de física y economía de forma simultánea en la Universidad de Pennsylvania y se recibió a los 24 años. Posteriormente, se inscribió en la universidad de Stanford para cursar un doctorado, pero abandonó el programa tras solo dos días para fundar su primera compañía llamada Zip2. Esta compañía, que desarrolló una “guía de la ciudad” en internet, fue adquirida por Compaq por 341 millones de dólares entre efectivo y acciones. Musk se fue a casa con 22 millones. Con sus ganancias fundó X.com, una compañía de servicios financieros en línea, la cual se transformó en PayPal en 2001. Tras la venta de la empresa a eBay, Musk recibió 165 millones.
Con sólo 31 años, Musk poseía una gran fortuna, suficiente para no tener que trabajar un día más. Sin embargo, este inventor, para entonces ya un ciudadano norteamericano, decidió perseguir uno de sus más grandes anhelos: la exploración espacial. En junio del 2002 fundó Space Exploration Technologies o SpaceX. Su objetivo era revolucionar la tecnología aeroespacial creando cohetes que pudieran reutilizarse, reduciendo los costos de los viajes espaciales de manera que eventualmente el hombre pueda visitar –y establecerse– en otros planetas.
En 2012, SpaceX se convirtió en la primera compañía privada en enviar una nave a la Estación Espacial Internacional (EEI) cuando una cápsula no tripulada, impulsada por un cohete Falcon 9, consiguió llevar con éxito más de 400 kilogramos de provisiones a los astronautas que habitan la estación. “Me siento muy afortunado. Para nosotros es como ganar el Super Bowl”, dijo Musk tras la misión. Recientemente, SpaceX logró otro hito de la industria aeroespacial cuando consiguió que uno de sus cohetes Falcon 9 aterrizara con éxito sobre una barcaza flotante después de llevar más de 3 mil kilogramos de carga a la EEI. Esto prueba que la compañía puede aterrizar prácticamente en cualquier parte y reutilizar los componentes para otros lanzamientos, algo que los cohetes de la NASA no son capaces de lograr.
Estos impresionantes avances no son más que pequeños pasos rumbo al objetivo final de Musk: establecer una colonia permanente en Marte, algo que afirma servirá como una especie de póliza de seguro para la humanidad, en caso de que las cosas salgan mal en la Tierra. Otro beneficio de conseguir este objetivo, según el magnate, sería inspirar a las personas: “Sería una gran aventura. Debe haber cosas que la gente espere con anticipación al despertar”, dijo. SpaceX ha anunciado que su primera misión a Marte se llevará a cabo en el año 2018 cuando una cápsula llamada “Dragon” visite el Planeta Rojo con el objetivo de recopilar información para una eventual colonización.
Otra iniciativa de Musk que ha tenido un éxito insospechado es la producción de autos completamente eléctricos a gran escala. La compañía que preside, llamada Tesla Motors (en honor al inventor Nikola Tesla), ha vendido hasta la fecha casi 125 mil autos, incluyendo un modelo deportivo convertible llamado Tesla Roadster, un sedán de alto rendimiento llamado Model S, una SUV llamada Model X y un auto de bajo costo (en relación al resto de los modelos, el precio es de 35 mil dólares) presentado recientemente llamado Model 3. Los autos de Tesla tienen un rango de hasta 426 kilómetros por carga, además de que no producen emisiones contaminantes . Algunos de los modelos incorporan tecnología de conducción autónoma que les permite ajustar la velocidad con base en el tránsito, cambiar de carril, evitar obstáculos y estacionarse sin depender de un conductor. Para lograrlo, estos autos cuentan con cámaras en el parabrisas, un radar en la parrilla y sensores de sonar ultrasónicos en los parachoques.
La tercera compañía presidida por Musk actualmente es SolarCity, la cual diseña, financia e instala paneles solares. De acuerdo con el Departamento de Energía de Estados Unidos, en una hora el sol provee a la Tierra de más energía (430 quintillones de Joules) que la que la humanidad utiliza en todo un año (410 quintillones de Joules). Con esto en mente, Musk ha promovido la implementación de nuevas tecnologías que puedan capturar esta energía a través de SolarCity. De acuerdo con sus propias predicciones, la energía solar se convertirá en la fuente más grande de energía tan pronto como el año 2031.
Musk es un hombre al que le gustan las apuestas arriesgadas. Cuando SpaceX y Tesla estaban a punto de desplomarse durante la crisis económica mundial de 2008, invirtió todos sus ahorros en su rescate. Esta decisión, que sorprendió tanto a los inversionistas como a los líderes de la industria, resultó ser la mejor apuesta. Tesla se salvó, y con ella SpaceX, y Musk ahora tiene una fortuna de 13 mil 800 millones de dólares. Así que, por descabelladas que suenen sus predicciones, si el pasado reciente es alguna indicación, este hombre sabe de lo que habla.
Elon Musk ha revolucionado todas las industrias en las que ha participado, desde las finanzas hasta los autos comerciales y la exploración espacial. Estamos, quizá, frente a un Leonardo Da Vinci o un Benjamin Franklin moderno y lo más alucinante es que Musk apenas tiene 44 años y cuenta con recursos suficientes para hacer prácticamente cualquier cosa.
Fuera de las historietas y películas de superhéroes, no es frecuente que un solo hombre tenga la posibilidad de alterar el curso de la historia, Elon Musk podría hacerlo. Si este Tony Stark de la vida real consigue lo que se propone, la Tierra (y Marte) no volverá a ser la misma.
El hombre en cuestión incluso tiene un nombre que parece extraído de una historieta de Marvel, se llama Elon Musk y nació en Pretoria, Sudáfrica, en 1971. Musk es uno de los gigantes de la industria de la tecnología. Es CEO de dos compañías revolucionarias, Tesla Motors –una compañía automotriz que fabrica autos eléctricos– y SpaceX –una compañía dedicada a la fabricación de cohetes y al transporte aeroespacial. Además, Musk es presidente de SolarCity, una empresa que crea, distribuye e instala células fotovoltaicas en hogares, negocios y estaciones de carga para autos eléctricos.
Por si fuera poco, Musk ha recibido tres doctorados honorarios (en las universidades de Yale, Surrey y el Art Center College of Design) y ha sido nombrado, entre muchos otros títulos, “Emprendedor del año” por la revista Inc, “Innovador del año” por la revista R&D, una de las “75 personas más influyentes del siglo XXI” por Esquire y una de las “100 personas que más cambiaron al mundo en 2010” por Time.
Pero, ¿cómo comenzó todo para Elon Musk?
Elon Reeve Musk creció en Sudáfrica y desde que era muy joven mostró sus enormes aptitudes para la ingeniería, la ciencia y los negocios. Compró su primera computadora cuando tenía 10 años, aprendió a programar de forma autodidacta y vendió su primer programa de software –un juego llamado Blastar– sólo dos años más tarde.
Cursó las carreras de física y economía de forma simultánea en la Universidad de Pennsylvania y se recibió a los 24 años. Posteriormente, se inscribió en la universidad de Stanford para cursar un doctorado, pero abandonó el programa tras solo dos días para fundar su primera compañía llamada Zip2. Esta compañía, que desarrolló una “guía de la ciudad” en internet, fue adquirida por Compaq por 341 millones de dólares entre efectivo y acciones. Musk se fue a casa con 22 millones. Con sus ganancias fundó X.com, una compañía de servicios financieros en línea, la cual se transformó en PayPal en 2001. Tras la venta de la empresa a eBay, Musk recibió 165 millones.
Con sólo 31 años, Musk poseía una gran fortuna, suficiente para no tener que trabajar un día más. Sin embargo, este inventor, para entonces ya un ciudadano norteamericano, decidió perseguir uno de sus más grandes anhelos: la exploración espacial. En junio del 2002 fundó Space Exploration Technologies o SpaceX. Su objetivo era revolucionar la tecnología aeroespacial creando cohetes que pudieran reutilizarse, reduciendo los costos de los viajes espaciales de manera que eventualmente el hombre pueda visitar –y establecerse– en otros planetas.
En 2012, SpaceX se convirtió en la primera compañía privada en enviar una nave a la Estación Espacial Internacional (EEI) cuando una cápsula no tripulada, impulsada por un cohete Falcon 9, consiguió llevar con éxito más de 400 kilogramos de provisiones a los astronautas que habitan la estación. “Me siento muy afortunado. Para nosotros es como ganar el Super Bowl”, dijo Musk tras la misión. Recientemente, SpaceX logró otro hito de la industria aeroespacial cuando consiguió que uno de sus cohetes Falcon 9 aterrizara con éxito sobre una barcaza flotante después de llevar más de 3 mil kilogramos de carga a la EEI. Esto prueba que la compañía puede aterrizar prácticamente en cualquier parte y reutilizar los componentes para otros lanzamientos, algo que los cohetes de la NASA no son capaces de lograr.
Estos impresionantes avances no son más que pequeños pasos rumbo al objetivo final de Musk: establecer una colonia permanente en Marte, algo que afirma servirá como una especie de póliza de seguro para la humanidad, en caso de que las cosas salgan mal en la Tierra. Otro beneficio de conseguir este objetivo, según el magnate, sería inspirar a las personas: “Sería una gran aventura. Debe haber cosas que la gente espere con anticipación al despertar”, dijo. SpaceX ha anunciado que su primera misión a Marte se llevará a cabo en el año 2018 cuando una cápsula llamada “Dragon” visite el Planeta Rojo con el objetivo de recopilar información para una eventual colonización.
Otra iniciativa de Musk que ha tenido un éxito insospechado es la producción de autos completamente eléctricos a gran escala. La compañía que preside, llamada Tesla Motors (en honor al inventor Nikola Tesla), ha vendido hasta la fecha casi 125 mil autos, incluyendo un modelo deportivo convertible llamado Tesla Roadster, un sedán de alto rendimiento llamado Model S, una SUV llamada Model X y un auto de bajo costo (en relación al resto de los modelos, el precio es de 35 mil dólares) presentado recientemente llamado Model 3. Los autos de Tesla tienen un rango de hasta 426 kilómetros por carga, además de que no producen emisiones contaminantes . Algunos de los modelos incorporan tecnología de conducción autónoma que les permite ajustar la velocidad con base en el tránsito, cambiar de carril, evitar obstáculos y estacionarse sin depender de un conductor. Para lograrlo, estos autos cuentan con cámaras en el parabrisas, un radar en la parrilla y sensores de sonar ultrasónicos en los parachoques.
La tercera compañía presidida por Musk actualmente es SolarCity, la cual diseña, financia e instala paneles solares. De acuerdo con el Departamento de Energía de Estados Unidos, en una hora el sol provee a la Tierra de más energía (430 quintillones de Joules) que la que la humanidad utiliza en todo un año (410 quintillones de Joules). Con esto en mente, Musk ha promovido la implementación de nuevas tecnologías que puedan capturar esta energía a través de SolarCity. De acuerdo con sus propias predicciones, la energía solar se convertirá en la fuente más grande de energía tan pronto como el año 2031.
Musk es un hombre al que le gustan las apuestas arriesgadas. Cuando SpaceX y Tesla estaban a punto de desplomarse durante la crisis económica mundial de 2008, invirtió todos sus ahorros en su rescate. Esta decisión, que sorprendió tanto a los inversionistas como a los líderes de la industria, resultó ser la mejor apuesta. Tesla se salvó, y con ella SpaceX, y Musk ahora tiene una fortuna de 13 mil 800 millones de dólares. Así que, por descabelladas que suenen sus predicciones, si el pasado reciente es alguna indicación, este hombre sabe de lo que habla.
Elon Musk ha revolucionado todas las industrias en las que ha participado, desde las finanzas hasta los autos comerciales y la exploración espacial. Estamos, quizá, frente a un Leonardo Da Vinci o un Benjamin Franklin moderno y lo más alucinante es que Musk apenas tiene 44 años y cuenta con recursos suficientes para hacer prácticamente cualquier cosa.
Fuera de las historietas y películas de superhéroes, no es frecuente que un solo hombre tenga la posibilidad de alterar el curso de la historia, Elon Musk podría hacerlo. Si este Tony Stark de la vida real consigue lo que se propone, la Tierra (y Marte) no volverá a ser la misma.
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